20 DE MAYO DE 2012

GUERREROS
HISTORIAS DE MIL AÑOS

Texto: Fernando Hualde


Castillo de Mauleón, en la tierra de Sola


A la historia de Navarra, principalmente a la historia militar, aporta Jesús Javier Corpas interesantes datos de su linaje familiar, desde el año 1000 hasta los tiempos actuales, en un libro recientemente publicado.

            Hace escasas semanas ha salido al mercado un libro curioso, un libro que a más de uno lo último que le va a generar es indiferencia, políticamente incorrecto tal vez para algunos, otros lo han de ver con muchas lagunas, y sin embargo, pese a algún error histórico que, a modo de gazapo, llega a ocultarse entre toda esa amplia base de datos que exhibe, hay que reconocerle a esta obra su aportación a la historia, a la compleja historia de Navarra, tanto más teniendo en cuenta que para ello se han utilizado fuentes documentales de carácter privado y familiar.
            Su título: “Mil años de historias de guerreros”. Su autor es Jesús Javier Corpas Mauleón. Sobra decir quien es su hermano, sobre todo porque personalmente no me gustan ese tipo vínculos públicos, diseñados, parece, a infravalorar la personalidad y la identidad de uno. Jesús Javier, un viejo amigo, tiene entidad suficiente como para ser él mismo, y lo demuestra en este libro.


Historia familiar

            Se suele decir, y además es verdad, que la historia es algo más que guerras, reyes y castillos; que nuestra historia, en un porcentaje mayoritario, está forjada –que no liderada- por ciudadanos anónimos, sencillos, alejados del poder, sin otra ambición que la de sobrevivir en un medio difícil, que la de trabajar de sol a sol para sacar adelante a su entorno familiar. Podríamos decir, sin querer generalizar en exceso, que este tipo de gentes marcan la intrahistoria de un territorio, mientras que la historia propiamente dicha viene marcada en su trayectoria por ese otro tipo de personajes, fabricados por la propia sociedad, de “sangre azul”. Pero esta realidad, la marcada por las llamadas clases populares, no llega a evitar que detrás de nuestra identidad como reino lo que hay es una historia militar, una historia de sagas familiares nobiliarias. Y es aquí donde el libro de Jesús Javier Corpas, profundizando en ello, trata de aportar una visión diferente, vinculada en este caso a su entorno familiar, como descendiente que es él de una familia, o de un linaje, en el que la milicia ha sido el pan nuestro de cada día; y vinculada también, muy especialmente, al ámbito geográfico de Estella, al menos desde el siglo XIX. Por lo tanto no hay lagunas en este libro, sino que destaca el autor las épocas y episodios en los que este clan familiar ha destacado, que no han sido pocos precisamente. El contenido del libro, 183 páginas, está salpicado de datos y de imágenes inéditas en abundancia, con las que su autor busca aclarar o clarificar determinados episodios, arrojar luz sobre otros, o incluso llegar a mostrar otra versión diferente, alejada de la oficial, siempre tratando de ser fiel al lema dominico “vivir para la verdad”.
Escudo de Mauleón
            He de reconocerle también a este trabajo un carácter pedagógico importante. Jesús Javier Corpas ha sabido desde el principio de su trabajo situar los hechos de una manera clara, y desde una perspectiva amplia que va más allá de lo estrictamente local, que empieza por exponer las circunstancias, del siglo IX al XI, en las que se extiende por Europa un clima de inseguridad que es el que hace que los nobles, para proteger sus posesiones, construyan fortalezas, dando pie al fenómeno del “encastillamiento”. Dentro de ese fenómeno sitúa él los episodios que se inician hacia el año 1000 en Aquitania, entre souletinos y bearneses, en los que el tercer vizconde de Sola, Ramón Guillermo, es apodado “Mauvais León”, o “Malus Leo” (“fiero león” en occitano y en occitano limosín). Hablamos de la misma época en la que comienzan a crearse los apellidos de la nobleza en base a sus apodos guerreros. Y es así como la saga de los Mauleón empieza su andadura, y con ellos la historia familiar que en este libro nos aporta Jesús Javier Corpas Mauleón.
            A partir de ese momento vemos a este linaje de Ricos Hombres, los Mauleón, en la reconquista de Zaragoza (año 1118); o alzando su castillo de piedra calcárea (año 1125), que es el actual castillo de Mauleón, que es el que dio nombre a la villa que creció en su entorno. Y los vemos en tantos y tantos momentos de la reconquista peleando contra las tropas musulmanas; y en las cruzadas, en Tierra Santa; y encabezando a las huestes navarras en Las Navas de Tolosa; y en las batallas de Taillebourg y Saintes (año 1242); y en la guerra contra Inglaterra. Vemos también a los Mauleón en posesión de la fortaleza de Rada; y luchando en la contienda civil que enfrenta a los agramonteses y a los beaumonteses, que tiene como consecuencia en 1455 que Rada sea asaltado y arrasado, siendo desde entonces “el desolado de Rada”.
            Volvemos a verles durante la etapa de la conquista de Navarra luchando en la Barranca, en Noain y en Amaiur defendiendo la causa de Enrique de Albret; de la misma manera que unos años antes les hemos visto participando en la toma de Tordesillas, peleando contra los comuneros.

Despoblado de Rada

Historia militar

            Paralelamente a toda esa historia familiar, el autor, y desde una perspectiva militar, hace un repaso a linajes, episodios, acciones de guerra, unidades militares, y todo aquello que de alguna manera tiene algo que ver en Navarra con el estamento militar. Y llega prácticamente hasta el momento actual, inclusive etapas tan farragosas como la última contienda civil de 1936-1939.
            No faltan pinceladas biográficas de personajes militares navarros, o vinculados a Navarra, que son ignoradas por una mayoría de ciudadanos. Este libro nos recuerda que la Guardia Civil fue fundada en 1844 por un pamplonés, Francisco Javier Girón y Ezpeleta, Duque de Ahumada; no en vano hasta los primeros años del siglo XX no existían en Navarra guardias civiles que no fuesen de aquí. O nos recuerda también este libro que Luis Goñi Arregui, requeté del Tercio de Lacar, fue un médico especializado en física, siendo precisamente sus aficiones y sus conocimientos sobre esta última los que despertaron interés por sus trabajos por parte de dos premios Nobel, Luis de Broglie, y Heidegger, que mantuvieron con él una estrecha relación. De la misma manera que expone Corpas sus argumentos que le llevan a defender que Estella llegó a ser la capital de España en dos ocasiones.
            En cualquier caso estamos ante una buena dosis de historia militar, vinculada principalmente a una saga familiar, y que afecta a los últimos mil años.

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